El estadounidense de 23 años sueña con el récord de su compatriota Mark Spitz, ganador de siete títulos en la cita de Munich´72.
Ramírez.Roberto (www.jit.cu)
Beijing (2 ago).- MICHAEL Phelps está llamado a ser el héroe de la natación olímpica, pero el evento con sede en el ya famoso “Cubo de agua” tendrá, además de la instalación misma, otro atractivo especial que compite en protagonismo con el gran favorito.
Se trata del traje de baño LZR Racer de Speedo, vinculado a 27 de los 28 récords universales impuestos en los últimos meses y llegado a esta urbe tras una polémica en que sus detractores trataron de demostrar el aporte “extra humano” del implemento.
Es calificado de “verdadera innovación tecnológica”, surgió luego de tres años de trabajo combinado con la NASA, carece de costura a hilo, contribuye al mayor deslizamiento y está equipado con placas de poliuretano que incrementan la flotación.
Este último “detalle” le colocó en el límite de la legalidad, porque se considera violatorio de lo estipulado por la Federación Internacional de Natación (FINA), que a la larga dio su visto bueno muy a pesar de los otros fabricantes.
El estadounidense Phelps parece dispuesto a compartir el “estrellato”, seguro de lo mutuo del beneficio: él se apoya en las ventajas del traje y Speedo se publicita en la piel de un astro.
El reto del multicampeón de Atenas´04 es grande, pues sueña con el récord de su compatriota Mark Spitz, ganador de siete títulos en la cita de Munich´72.
Su aspiración ha sido “comidilla” entre los seguidores de la disciplina y generó declaraciones del propio Spitz.
“Todavía no hemos visto lo mejor de él, pero existen algunos obstáculos primordiales. No se puede predecir lo que harán los relevos, pues alguien puede tener una arrancada en falso. Y también tiene que vencer a otros buenos rivales como Ryan Lochte, en los 400 estilos”, opinó.
Phelps, de 23 años, ha reconocido lo “muy duro intentar igualarle”, pero está motivado, dice que "desde que toco el agua, me siento como un cohete” al explicar su vínculo con la nueva indumentaria, y no piensa en otra cosa desde hace cuatro años.
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