miércoles, 2 de julio de 2008

Los cien metros parecen demasiado largos para los atletas cubanos

Por: Francisco Mastrascusa
( depor@jrebelde.cip.cu )
29 de junio de 2008

Salta a la vista, sobre todo después del reciente récord mundial de Dayron Robles, que el atletismo cubano exhibe un sostenido avance en los 110 metros con vallas para hombres. Sin embargo, sucede todo lo contrario en los 100 metros planos.

Ambas pruebas se apoyan en la velocidad pura, pero los vallistas además están obligados a ser exquisitos en el dominio de la técnica. ¿Por qué unos sí y otros no?

Desde hace casi 30 años, Cuba no ubica a un finalista olímpico en la prueba reina de la velocidad. La última vez que ello sucedió fue en los Juegos de Moscú, en 1980, con Silvio Leonard como protagonista.

Asombra que 80 años después de que «Pepe» Barrientos igualara en La Habana el récord mundial de 10:2 segundos, nuestro país no tenga un solo velocista capaz de lograr algo parecido. Aquello no fue obra de la casualidad. Desde los años 20 hasta los 50 del pasado siglo, mantuvieron viva la llama figuras como José Alberto Torriente, Jacinto Ortiz, Rafael Fortún y Raúl Mazorra.

De la continuidad se encargaron Enrique Figuerola, Hermes Ramírez, Pablo Montes, José Triana Matamoros, Silvio Leonard, Osvaldo Lara, Leandro Peñalver y Andrés Simón, entre otros muchos.

Figuerola corrió 38 veces por debajo de 10:3 segundos, tiempo quimérico por estos días, a pesar de numerosos planes que no acaban de cuajar. Silvio Leonard ostenta el récord nacional con 9:98 desde 1977 y atesora también el privilegio de haber igualado en 1975 el primado universal con cronometraje manual (9:9). Ocho años antes el propio Figuerola había emparejado otro tope mundial, con diez segundos exactos.

En las décadas de los años 60 y 70, nuestros velocistas lograron 21 y 32 resultados de primer nivel (entre los 50 primeros del mundo), respectivamente. Hubo cubanos entre los finalistas en los Juegos Olímpicos de Roma (1960), Tokio (1964) y Ciudad de México (1968).

Luego, entre 1980 y 1986, se lograron diez de las mejores marcas del mundo y 35 registros entre los cien primeros. Así, el declive acelerado comenzó desde 1986 hasta la fecha. En este período, nuestros corredores de 100 metros han estado ausentes de los cuatro Juegos Olímpicos: Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004.
Ahora contamos con un clasificado para Beijing. Se trata de Jenris Vizcaíno, quien en 2007 marcó 10:18 segundos, pero después no ha vuelto a lograrlo

Por la senda contraria

Muy diferente es el panorama en los 110 metros con vallas, modalidad con una historia enriquecida durante seis décadas y media. Correspondió a Eligio Barbería comenzar a escribirla a partir de 1943, cuando se ubicó noveno en el ranking mundial.

Eligio fue el primer vallista cubano campeón en Juegos Centroamericanos y del Caribe tras su victoria en Barranquilla 1946. Allí, por cierto, también venció en 400 metros con vallas, único del área en lograr una hazaña de esta naturaleza.

Tras el triunfo revolucionario en 1959, el relevo estuvo liderado por Lázaro Arístides Betancourt, quien conquistó medallas de oro en los Juegos Iberoamericanos de Atletismo de Santiago de Chile 1960 y en los Centroamericanos de Kingston, Jamaica, en 1962. En este último evento impuso cinco récords nacionales absolutos. Un año más tarde, ancló en bronce durante los Panamericanos de Sao Paulo, Brasil.

Una nueva y ascendente etapa fue abierta por Juan Morales, quien en 1966 impuso récord mundial juvenil y se erigió como el principal baluarte de la modalidad hasta 1972. Legó un total de nueve topes nacionales absolutos y cuatro juveniles.

Otro con relevantes éxitos fue Alejandro Casañas, autor de cuatro primados mundiales (uno absoluto y tres juveniles). Él apareció entre los siete primeros del mundo desde 1976 a 1983. Entonces impuso 15 récords nacionales.

Tras él surgió Emilio Valle, quien no tuvo la misma consistencia pero consiguió innumerables triunfos en competencias de alto rango. De hecho, logró un par de récords nacionales absolutos y en 1989 llegó a colocarse séptimo en el ranking mundial.
Los mejores resultados en el concierto olímpico son de Anier García, campeón en Sydney 2000 y medallista de bronce en Atenas 2004. El veterano vallista santiaguero se mantiene aún en las pistas.

Finalmente, con una historia aún por terminar de escribir, Dayron Robles despegó como juvenil en el Panamericano de Windsor 2005, donde se coronó campeón y destrozó el récord del área vigente por espacio de 33 años.

Antes de cumplir 21 años de edad, este joven guantanamero, entrenado por Santiago Antúnez, igualó el récord nacional absoluto de 13:00 segundos, como paso previo a los 12:92 del pasado año y los 12:87 que lo han convertido esta temporada en nuevo recordista universal.

Dayron obtuvo medalla de plata durante su debut en un campeonato mundial bajo techo (Moscú 2006). Después ocupó el tercer lugar en la Copa del Mundo de Atenas y fue campeón en los Juegos Centrocaribeños de Cartagena 2006.

Más recientemente, todos recordaremos su título en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y el cuarto lugar en el Mundial al aire libre, celebrado en Osaka unas semanas después.

En fin, ambas pruebas, los 100 metros y los 110 con vallas, gozan de tradición en nuestro país. Pero la primera es menos exigente y se ajusta más a las características del cubano. ¿Qué sucede entonces?

Causas y azares

«Los entrenadores de vallas del equipo nacional han mantenido contactos sistemáticos con sus homólogos en la base y han podido captar en su momento a posibles valores. Ahí pienso que radica el punto de partida de un largo y paciente trabajo».

Quien así opina es Lázaro Betancourt, nuestro más sobresaliente corredor de los 110 metros con vallas en los años que precedieron al triunfo de la Revolución.

Próximo a cumplir 72 años y exaltado al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo en noviembre de 2005, Betancourt menciona como figuras más prometedoras a los juveniles David Arzola y Yohannis Portilla, con registros que oscilan entre 13:45 y 13:50 segundos.

«Mirar con luz larga durante años ha posibilitado los resultados sostenidos en esta modalidad», afirma con voz autorizada, porque es incansable colaborador de la Comisión Nacional de Atletismo.

Por su parte, Hermes Ramírez es uno de los grandes que ha tenido Cuba en el área de velocidad pura. El 6 de marzo de 2005 este diario publicó declaraciones suyas que mantienen total vigencia...

«No se ha trabajado con la celeridad necesaria y la ausencia de competencias conspira contra la aparición de talentos (...) En las EIDE vemos valores con envidiables condiciones y entre las filas de los juveniles se aprecia a otros con perspectivas, pero sin desarrollo».

Al final, una sentencia: «Comprendo que existe un grupo de técnicos que trabajan para salir del hueco, pero desgraciadamente la historia nos golpea; son muchos años sin tener velocistas y por mucho interés que se tenga, no saldrán de un día para otro».

Finalmente, conversamos con Juan Morales, aquel mulato sonriente que apareció en la portada del Manual de la Alfabetización con farol y cartilla en mano.

Juan implantó un récord mundial juvenil en 110 con vallas, pero también se daba el lujo de correr los 100 metros en 10:2 segundos, e incluso en menos tiempo.

«Han cambiado tanto la forma como los métodos del entrenamiento. En la actualidad un vallista no corre 100 metros y viceversa. Además, cuando hay una convocatoria, en las provincias no tienen en cuenta al velocista. En el afán de ganar puntos en la emulación, prefieren llevar al que salta, lanza y corre.

«Antes abundaban las competencias, pero casi han desaparecido, sobre todo entre escolares y juveniles. Si no se endereza el rumbo seguiremos entre añoranzas y lamentos», predijo.

Nuestro agradecimiento al estadístico Basilio Fuentes por los datos aportados para este artículo.

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