Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com
Las pasiones cuando se desbordan pueden volverse chacales.
El béisbol para los cubanos es precisamente eso: una pasión. Una pasión que circula por nuestra sangre y nuestros huesos, que nos alimenta y nos desvela. Una pasión que nos paraliza, nos hipnotiza, nos alza y nos tira. Una pasión que nos desborda…
El béisbol es ya parte de nuestra identidad. Es difícil ser cubano, sin que en algún momento, esa pasión te roce, te penetre, te sacuda, te coloque al borde de la euforia o de la depresión; pero NO POR ESO estamos predestinados al éxito. Es hora ya de valorar...
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Las pasiones cuando se desbordan pueden volverse chacales.
El béisbol para los cubanos es precisamente eso: una pasión. Una pasión que circula por nuestra sangre y nuestros huesos, que nos alimenta y nos desvela. Una pasión que nos paraliza, nos hipnotiza, nos alza y nos tira. Una pasión que nos desborda…
El béisbol es ya parte de nuestra identidad. Es difícil ser cubano, sin que en algún momento, esa pasión te roce, te penetre, te sacuda, te coloque al borde de la euforia o de la depresión; pero NO POR ESO estamos predestinados al éxito. Es hora ya de valorar...
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