Por MIGUEL ERNESTO GÓMEZ MASJUÁN
La última vez que Leinier Domínguez jugó un torneo en Cuba fue hace más de un año y de seguro el mejor ajedrecista de América querrá repetir la experiencia vivida doce meses atrás cuando ganó, de forma invicta, el grupo elite del Memorial Capablanca.
El regreso de Leinier a los escenarios cubanos es muy esperado por muchos, después de sus tres participaciones consecutivas en eventos del llamado Grand Slam del ajedrez mundial: Corus, Linares y el MTel Masters.
Los resultados de Leinier en estos tres torneos pudieran considerarse como buenos; aunque, indudablemente, algunos esperaban al menos un triunfo, tanto en Linares como en Sofía. La tan añorada victoria nunca llegó; pero el cubano mostró que puede jugar sin complejos ante los mejores del mundo y ya guarda en su historia los cuatro empates conseguidos frente a Viswanathan Anand y Veselin Topalov, las dos principales estrellas del universo ajedrecístico.
Un rápido análisis estadístico refleja que Leinier jugó en el primer semestre del año 37 partidas, de las que ganó tres, perdió seis y entabló 28. Si estas cifras se comparan con las de otras temporadas, tal vez luzcan inferiores; no obstante, es imprescindible incluir un dato: 34 de esos duelos fueron contra hombres con un ELO por encima de los 2700 puntos; además, en solo cinco ocasiones Leinier jugó frente a rivales con coeficientes inferiores al suyo.
En la página Live Chess Rating donde se actualiza constantemente el ranking mundial, Leinier aparece en la posición 22 y un ELO de 2716. La lista está encabezada por el búlgaro Veselin Topalov, con 2812, el hombre al que todos consideraban favorito para triunfar en su país.
Sin embargo, el ídolo local no pudo complacer a sus fanáticos y concluyó en una inesperada tercera posición, por detrás de Alexei Shirov y Magnus Carlsen. El prodigio noruego volvió a fallar a la hora buena y cedió en la última ronda ante el español cuando un empate le otorgaba el título en solitario.
El MTel Masters fue otra gran experiencia para Leinier. Nunca antes había jugado con la "regla de Sofía"; tampoco había estado encerrado en una urna de cristal y aunque no pudo lograr ni siquiera una victoria, por lo menos no concluyó en el último lugar.
Durante la primera vuelta del certamen Leinier finalizó invicto, quizás con un poco de suerte, pues alcanzó posiciones muy inferiores ante el chino Wang Yue y Topalov; sin embargo, sus rivales no pudieron encontrar las mejores jugadas y el cubano se defendió de una excelente manera. En la segunda vuelta las cosas se complicaron para Leinier quien luego de las tablas iniciales contra Yue, cedió frente a su rival más encarnizado: Carlsen.
Al día siguiente y cuando se esperaba un descenso en su nivel de juego, Leinier jugó ante Topalov probablemente su partida más convincente del torneo. Solo una inteligente combinación del búlgaro, con una espectacular entrega de la torre, pudo salvarlo del revés y forzar las tablas por repetición de jugadas.
La escena quedó lista para la ronda conclusiva en la que Leinier condujo las negras frente al ucraniano Vassily Ivanchuk, envuelto en su peor torneo de la historia, con cinco derrotas; pero el europeo sorpresivamente mostró una gran recuperación y venció al cubano. De esta forma Leinier terminó sin triunfos en Sofía; aunque se mantuvo en la quinta plaza, por delante de Ivanchuk.
El próximo reto de Leinier será el grupo elite del Memorial Capablanca. Un año atrás lo ganó invicto, ahora todo parece más complicado ya que no solo importará el triunfo final, sino que deberá cuidar—y mucho—su coeficiente. Ninguno de los rivales de Leinier en el Capablanca supera los 2700 de ELO, incluso la mayoría ni siquiera se acerca a los 2670.
Este desnivel obligará a Leinier a salir siempre en la búsqueda de la victoria. Las tablas, a diferencia de lo que le ocurrió en sus tres torneos previos, representan un retroceso.
Las decenas de miles de seguidores de Leinier esperan con ansiedad su presentación en el Memorial Capablanca y seguramente la mesa en donde juegue contará con la mayor cantidad de personas a su alrededor; pero es una lástima que los rivales en La Habana no se acerquen a su calidad.
La última vez que Leinier Domínguez jugó un torneo en Cuba fue hace más de un año y de seguro el mejor ajedrecista de América querrá repetir la experiencia vivida doce meses atrás cuando ganó, de forma invicta, el grupo elite del Memorial Capablanca.
El regreso de Leinier a los escenarios cubanos es muy esperado por muchos, después de sus tres participaciones consecutivas en eventos del llamado Grand Slam del ajedrez mundial: Corus, Linares y el MTel Masters.
Los resultados de Leinier en estos tres torneos pudieran considerarse como buenos; aunque, indudablemente, algunos esperaban al menos un triunfo, tanto en Linares como en Sofía. La tan añorada victoria nunca llegó; pero el cubano mostró que puede jugar sin complejos ante los mejores del mundo y ya guarda en su historia los cuatro empates conseguidos frente a Viswanathan Anand y Veselin Topalov, las dos principales estrellas del universo ajedrecístico.
Un rápido análisis estadístico refleja que Leinier jugó en el primer semestre del año 37 partidas, de las que ganó tres, perdió seis y entabló 28. Si estas cifras se comparan con las de otras temporadas, tal vez luzcan inferiores; no obstante, es imprescindible incluir un dato: 34 de esos duelos fueron contra hombres con un ELO por encima de los 2700 puntos; además, en solo cinco ocasiones Leinier jugó frente a rivales con coeficientes inferiores al suyo.
En la página Live Chess Rating donde se actualiza constantemente el ranking mundial, Leinier aparece en la posición 22 y un ELO de 2716. La lista está encabezada por el búlgaro Veselin Topalov, con 2812, el hombre al que todos consideraban favorito para triunfar en su país.
Sin embargo, el ídolo local no pudo complacer a sus fanáticos y concluyó en una inesperada tercera posición, por detrás de Alexei Shirov y Magnus Carlsen. El prodigio noruego volvió a fallar a la hora buena y cedió en la última ronda ante el español cuando un empate le otorgaba el título en solitario.
El MTel Masters fue otra gran experiencia para Leinier. Nunca antes había jugado con la "regla de Sofía"; tampoco había estado encerrado en una urna de cristal y aunque no pudo lograr ni siquiera una victoria, por lo menos no concluyó en el último lugar.
Durante la primera vuelta del certamen Leinier finalizó invicto, quizás con un poco de suerte, pues alcanzó posiciones muy inferiores ante el chino Wang Yue y Topalov; sin embargo, sus rivales no pudieron encontrar las mejores jugadas y el cubano se defendió de una excelente manera. En la segunda vuelta las cosas se complicaron para Leinier quien luego de las tablas iniciales contra Yue, cedió frente a su rival más encarnizado: Carlsen.
Al día siguiente y cuando se esperaba un descenso en su nivel de juego, Leinier jugó ante Topalov probablemente su partida más convincente del torneo. Solo una inteligente combinación del búlgaro, con una espectacular entrega de la torre, pudo salvarlo del revés y forzar las tablas por repetición de jugadas.
La escena quedó lista para la ronda conclusiva en la que Leinier condujo las negras frente al ucraniano Vassily Ivanchuk, envuelto en su peor torneo de la historia, con cinco derrotas; pero el europeo sorpresivamente mostró una gran recuperación y venció al cubano. De esta forma Leinier terminó sin triunfos en Sofía; aunque se mantuvo en la quinta plaza, por delante de Ivanchuk.
El próximo reto de Leinier será el grupo elite del Memorial Capablanca. Un año atrás lo ganó invicto, ahora todo parece más complicado ya que no solo importará el triunfo final, sino que deberá cuidar—y mucho—su coeficiente. Ninguno de los rivales de Leinier en el Capablanca supera los 2700 de ELO, incluso la mayoría ni siquiera se acerca a los 2670.
Este desnivel obligará a Leinier a salir siempre en la búsqueda de la victoria. Las tablas, a diferencia de lo que le ocurrió en sus tres torneos previos, representan un retroceso.
Las decenas de miles de seguidores de Leinier esperan con ansiedad su presentación en el Memorial Capablanca y seguramente la mesa en donde juegue contará con la mayor cantidad de personas a su alrededor; pero es una lástima que los rivales en La Habana no se acerquen a su calidad.